lunes, 12 de agosto de 2013

Subte: conflicto en las líneas B y H: Más vale luchar que lamentar

Las falencias en seguridad y la flexibilización con que el gobierno porteño y la empresa Metrovías abrieron tres estaciones de subte abrieron un conflicto con los trabajadores.


Las nuevas estaciones son: Hospitales en la H, y Echeverría y Rosas en la B. Los trabajadores de la B sólo prestan servicio entre las estaciones Alem y Los Incas por falencias de seguridad en túneles y talleres de las nuevas estaciones, que ponen en riesgo la  vida de trabajadores y usuarios. Las fotos aportadas por los trabajadores son elocuentes: filtraciones y sitios inundados en zonas de tableros eléctricos, de señales y cables; corrosión en vías y tercer riel y fallas de comunicación tierra-tren en túneles. Por fallas de esta índole, perdió la vida un trabajador de la B en el temporal del 2/4 y otro trabajador sufrió graves quemaduras al electrocutarse el pasado 2/8.

Además, con las nuevas estaciones aumenta la duración del recorrido. Esto demanda más personal y formaciones para mantener la frecuencia y el tiempo de descanso de conductores y guardas, fundamental para mantenerse atentos dados los riesgos que conlleva conducir un tren con miles de pasajeros. Pero Metrovías pretende mantener la cantidad de duplas guarda-conductor en la B y disminuir la de la H. Los trabajadores de ambas líneas reclaman también ante esta medida. En la H rechazan la reducción de servicios, que alargaría la frecuencia a unos 15 minutos, trabajando con diagramas de emergencia mientras continúan en negociaciones.

Los metrodelegados proponen una comisión de seguridad e higiene para el seguimiento de las condiciones operativas del nuevo tramo. Pero las negociaciones se empantanaron cuando la empresa y el gobierno porteño -representado por SBASE- cerraron un acuerdo con la UTA, que se mantenía al margen hasta entonces, y dejaron afuera a los metrodelegados. 
El macrismo y Metrovías lanzaron una campaña para desprestigiar el reclamo de los trabajadores y enfrentarlos con los usuarios. Pero la realidad es otra: Metrovías la junta con pala, gracias a la desinversión y los negociados, mientras ajusta a los trabajadores y los usuarios viajamos en pésimas condiciones.

Cuando Macri asumió prometió 10km de vía por año. Pero hasta ahora solo inauguró tres estaciones, que no suman ni 3km, y estaban casi terminadas desde hace dos años. En el marco de las PASO, desoyendo las denuncias de los trabajadores, se apresuró a inaugurarlas para mostrar sus “logros”. También hacen campaña con esto Filmus y Cabandié, cuando salieron a apoyar el reclamo de los trabajadores. Mientras el gobierno nacional tuvo a cargo el subte, subsidió las ganancias de Metrovías sin ningún control y acordó con el macrismo la ley del traspaso. Queda claro: ni a la empresa ni a los gobiernos les importa nuestra seguridad y que viajemos como sardinas. 

Hoy, sin subsidio, el subte sigue siendo negocio: la recaudación aumentó con el boleto a $2,50 y con la carga de sube, y se estima que con las nuevas estaciones se suman 50.000 pasajeros en la B y 10.000 en la H.

La dirección de la AGTSyP, que venía en un impasse, se sumó con fuerza a la lucha de los trabajadores de la B. Pero en la H debió reconocer su error al firmar un acta en forma inconsulta y que no reflejaba los reclamos acordados por los trabajadores. En estos días formalizó un reclamo histórico ante el Ministerio de Trabajo de Nación: el pedido de una compulsa de afiliados para quedarse con la representación de los trabajadores, que hoy mantiene la UTA a pesar de ser minoría. La respuesta de la UTA no se hizo esperar: se coló en la discusión de la B trabando la salida al conflicto.

Como dicen muchos compañeros del subte, es necesario que desde la AGTSyP se unifiquen los reclamos de todas las líneas  y coordinar con otros sectores, como los ferroviarios del Sarmiento y los usuarios. Somos miles los que viajamos desde diferentes partes de la ciudad y la provincia, utilizando los trenes, los colectivos y el subte. Para resolver de fondo la crisis del transporte público, entonces, es necesario entenderlo como un tema estratégico del área metropolitana, con eje en la estatización con control de trabajadores y usuarios, que barra con las privatizaciones de los `90 que nada bueno trajeron al pueblo. Si ganan los trabajadores del subte, ganamos todos.

Corresponsal