martes, 3 de diciembre de 2013

Editorial | Un consenso para el ajuste y la entrega

[Vamos! Nº19] Derrotado el plan de re-reelección, Cristina Kirchner rearmó su Gabinete. Capitanich es el garante en esta nueva etapa. Para los trabajadores y el pueblo la única alternativa es seguir la lucha.


Los cambios en el gobierno, con la designación de Jorge Capitanich como jefe de Gabinete, Axel Kiciloff como ministro de Economía, Juan Carlos Fábrega como presidente del Banco Central y la salida de Guillermo Moreno de la Secretaría de Comercio, son la expresión de una nueva etapa signada por la derrota política sufrida en las elecciones, y el gran problema económico evidenciado en el déficit fiscal, la balanza comercial y la crisis energética.
Así el gobierno, debilitado, cede terreno y estimula acuerdos con otros sectores de clases dominantes, aunque manteniendo la iniciativa. Tratarán de frenar la disparada inflacionaria con un acuerdo de precios, mayor endeudamiento (como ya lo hizo con bancos de China, Rusia y el Club de París), y una devaluación progresiva o la llamada “flotación dirigida” del dólar.
La principal preocupación del gobierno es traer dólares para revertir el déficit energético, que ya superó los 7.000 millones en lo que va del año, y poder cumplir con los pagos de la deuda pública.

El consenso de las clases dominantes
El cambio más importante es la designación como jefe de Gabinete al kirchnerista contemporáneo, Jorge Milton Capitanich Popovich (tal es su nombre completo). La gestión del ex gobernador del Chaco lo describe muy bien. Ha llevado una política de hambre sobre los hermanos originarios, una política pro-terrateniente favoreciendo entre otros a Eduardo Eurnekian (Corporación América), desde siempre vinculado al imperialismo ruso.
Eurnekian posee alrededor de 120 mil hectáreas de tierra entre Chaco y Formosa. Mártires López, dirigente qom de la Unión Campesina asesinado en el 2011 (hasta hoy sin justicia), denunció constantemente a este terrateniente y su vinculación con Capitanich. No es una casualidad, entonces, que Eurnekian haya calificado como “positivos” los cambios de funcionarios en el Gabinete dispuestos por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, manifestando su “apoyo total”. “Todos deben respetar los intereses del país y al equipo presidencial”, dijo a través de un comunicado oficial.
Capitanich fue jefe de Gabinete del gobierno de Eduardo Duhalde. También fue expresión del acuerdo duhaldista con Rodriguez Saá, cuando el puntano fue presidente por una semana. Duhalde dijo: “creo que la Presidenta ha acertado”, “es el primer jefe de Gabinete en serio que tiene este Gobierno”. Y agregó: “No estoy diciendo que Capitanich va a resolver los problemas del país. La situación de Argentina es muy difícil. Argentina necesita un proyecto consensuado con otras fuerzas políticas.”
Capitanich se vinculó con Néstor Kirchner a través de su socio Aldo Ducler. Ducler -muy cercano a Eduardo Duhalde- fue acusado por EEUU de lavar dinero del narcotráfico, funcionario de Hacienda durante la dictadura militar, y uno de los cerebros de la desaparición de los 500 millones de dólares por regalías petroleras de Santa Cruz.
La propia Repsol no olvidará la “muñeca” de Capitanich y el equipo económico de Duhalde, cuando se llevó adelante la devaluación en enero del 2002. Fue el principal monopolio beneficiado con un incremento en dólares de 1.064 millones por aumento de las exportaciones, y un beneficio neto de 162 millones de dólares.
También Clarín le debe a Capitanich su gestión personal en el Congreso para la aprobación de la Ley de Quiebras, ya que contaba con una deuda de 2.500 millones de dólares en el exterior.
Para los bancos se otorgó un seguro de cambio, para que paguen el saldo de su deuda externa contraída en dólares por valor de 11.400 millones de dólares.
Vale aclarar que los cambios producidos en el gobierno no son a pesar de CFK, sino con ella. Es una consesión en una situación adversa, si se tiene en cuenta que el juego principal del kirchnerismo era la re-reelección que quedó sepultada en las PASO.
Ahora el gobierno cambia la relación con los gobernadores, y la señal dentro del peronismo fue clara y contundente cuando CFK sentenció que “hay que sacarse las anteojeras”, marcando así los nuevos tiempos de la transición.
Las reformas al Código Civil expresan los nuevos tiempos que corren. Allí se ve el acuerdo con la Iglesia, en el artículo 19 (que establece la existencia de la persona humana desde la concepción). También se cercenan derechos laborales (como denuncia la Asociación de Abogados Laboralistas), cuando se pone en igualdad de condiciones a un trabajador con su patrón y se eliminan los juicios al Estado.

Entrega con otro relato
El acuerdo con Repsol hace a la necesidad del gobierno de traer dólares para sostener el déficit energético. Para eso abre el grifo aún más a los monopolios imperialistas yanquis, chinos, rusos, españoles o alemanes como la Basf, que vienen a depredar nuestras riquezas estratégicas. Aunque ahora el relato es que “la necesidad de comprar energía irá menguando cuando YPF consolide su recuperación y para ello es necesario inversiones extranjeras preferentemente”; en definitiva se van pagar al menos 5.000 millones de dólares a Repsol. Pero el relato es que “a los españoles les costó 15.000 millones YPF y es una buena señal para inversiones externas”, como se sostiene en el periódico oficialista Tiempo Argentino.
Mientras, muy suelto de cuerpo, Capitanich afirma en su conferencia matutina que no está previsto ningún aumento a o suma fija para fin de año a los trabajadores activos o jubilados. La medida contra la inflación sigue siendo el acuerdo de precios, pero ahora “con todos los actores que intervienen en la cadena de precios”, afirma Axel Kiciloff.  Junto a esto, ya volvieron a aumentar los productos de la canasta básica en todos los supermercados.

Ajuste, entrega y lucha
La inflación o la devaluación se pagan de los bolsillos de los trabajadores. El déficit en las cuentas corrientes se tratará de remontar con un recorte progresivo de los subsidios a la energía y el transporte, generando progresivamente aumentos en las tarifas subsidiadas. El pago y la toma de nueva deuda se trasladarán al ajuste de cuentas públicas, como lo expresa el presupuesto 2014, y se reforzará la entrega de áreas estratégicas, particularmente en el petróleo y gas.
Por otro lado el gobierno avanzó en un acuerdo con los gobernadores para ceder 40 mil terrenos para el Plan Procrear de viviendas. Esto es importante; pero no resuelve los problemas urgentes de las 11.400.000 personas pobres, de las cuales la mitad son niños y adolescentes (según datos de la CGT).
El masivo exitoso Encuentro Nacional de Mujeres realizado en San Juan, demostró la necesidad y voluntad de unidad y lucha.  Mostró a miles de mujeres discutiendo los problemas de fondo y urgentes como la doble opresión, el aborto, la violencia de género o la trata, entre otros tantos. Miles debatieron en un Encuentro marcado por la derrota del kirchnerismo, que se expresó en el bajo perfil de esas corrientes allí, así como el repudio a posiciones retrogradas de la Iglesia en temas como el aborto o la violencia. Un Encuentro que mostró contingentes, agrupaciones y corrientes populares y antiimperialistas que vienen avanzando en el país.
Fue importante la jornada nacional de lucha de la CTA conducida por Michelli del 20/11, por un bono de $ 2.000 para fin de año y la reapertura de paritarias. Es necesario darle continuidad con un plan de lucha. Fue importante también la movilización al Ministerio de Trabajo de las comisiones internas combativas de diversas fábricas y asalariados. Se ha avanzado en la recuperación gremial en los últimos meses . Mientras tanto, Hugo Moyano, embarcado con Sergio Massa en el juego de un sector de las clases dominantes, pone paños fríos en la CGT-Azopardo.
El ajuste, que avanza sin tanto relato, es progresivo, y con acuerdo de los principales sectores de las clases dominantes. Se abre una situación muy difícil para el pueblo. Es necesario unir a la CTA opositora con las internas combativas de la industria, sindicatos y las corrientes sociales.
Trabajaremos para la necesaria unidad en la lucha de todos los sectores populares que enfrenten las medidas reaccionarias, con una perspectiva hacia la liberación nacional y social.