martes, 17 de junio de 2014

Un protagonista del Cordobazo en el J.V. González de la CABA

[Vamos! Nº30]  Charla con Agustín Funes . Durante dos horas más de 100 estudiantes y docentes compartieron la experiencia de quién fuera delegado de Perdriel (IKA-Renault) en aquel mayo de 1969.



El martes 27/5 se realizó en el Instituto Joaquín V. González de la CABA la charla “El Cordobazo marcó un camino para la liberación”, organizada por el Comunismo Revolucionario (CR). Fue invitado Agustín Funes, en aquel momento delegado de Perdriel (IKA-Renault) y actualmente secretario del CR de Córdoba. Durante dos horas más de 100 estudiantes y docentes participaron de la exposición de Agustín Funes y el posterior debate. La iniciativa fue declarada de interés por la Junta del Profesorado de Historia.
Funes inició su charla contando que apenas llegó lo llevaron a Escobar a visitar la fábrica Gestamp en conflicto.  Fue el día que los obreros, como contó, “habían tomado una nave con el guinche y llegaron ahí los compañeros de Lear que habían sido suspendidos por tiempo indeterminado, 340 o 350 compañeros”. Entonces se preguntó: “¿Qué ha cambiado de aquel Cordobazo de 1969 al 29 de mayo de 2014? ¿Los trabajadores alguna vez van a ser reconocidos como los sostenedores del país y van dejar de ser la lacra de una sociedad dividida en clases con una clase dominante que lo único que hace es hacerla sufrir?”
Luego explicó: “Yo fui aprendiz desde los 12 años. Fui calificado por lo que aprendí del oficio; pero eso también me dio fuerza para ser calificado por lo que pensaba. También me ayudo a no ser un servil obrero sino a ser un obrero que había podido cultivar de las luchas de los obreros que me enseñaron a trabajar.”

Cóctel popular
Sobre el proceso que derivó en aquel mayo cordobés de 1969 describió que “nosotros salimos en 1968 a terminar con lo que sí era la lacra en el movimiento obrero, que eran los dirigentes, los jerarcas sindicales. Uno de los principios era reconquistar en cada sección de trabajo de los obreros al delegado clasista”.
Funes mencionó distintos elementos que coincidieron para crear ese cóctel que desembocó en el Cordobazo: Había sectores que promovían tan sólo una “jornada ruidosa” del movimiento obrero porque buscaban un recambio del dictador pro-yanqui Onganía por otro dictador Lanusse, más proclive al socialimperialismo. Pero también estaba la lucha de los obreros peronistas –que eran la enorme mayoría- por el retorno de su líder Perón, crecía el odio contra la dictadura y se afirmaba el antiimperialismo revolucionario entre obreros y estudiantes, influenciado por las luchas en el mundo como el Mayo Francés, Vietnam, etc.
Resaltó que el odio acumulado hizo que hubiera una preparación del Cordobazo en todas las fábricas: “Derrotamos a la dictadura, derrotamos el recambio que se había acordado con los dirigentes sindicales, porque esa lucha de calles los tiró por tierra. Hasta el propio [Agustín] Tosco, que ha sido un gran dirigente y es una gran referencia del movimiento obrero argentino, tuvo que decir que se le fue de las manos porque ellos confiaron en el acuerdo por arriba y no en lo que hacíamos nosotros por abajo. Del 14 al 29 de mayo todos los delegados que no eran ni de la empresa ni de los jerarcas sindicales tenían algo que hacer para que el 29 de Mayo fuera una jornada que cambiara las cosas”. Y agregó: “ha habido espontaneísmo, pero lo que prevaleció fue que lo organizado pudo en un determinado momento darle orientación al espontaneísmo y golpear juntos”.
Entonces concluyó: “Cuando uno piensa ‘¿Y cómo serán las revoluciones?’ yo digo: con una fuerza poderosa en política, nosotros podemos triunfar en ese camino.”

La clase directriz
También analizó el papel de la clase obrera acaudillando a otras clases y sectores populares. “Los que habían quedado en los barrios habían cortado las calles, las rutas. Por eso el movimiento obrero fue capaz de dirigir a esos sectores populares que necesitaban tener una guía para la acción.”
“Pudimos golpear juntos decenas de miles de obreros junto a otros sectores populares. Eso aterroriza a las clases dominantes, el miedo al levantamiento obrero y popular. Que va a ser inevitable, porque tanto va a ir el dominante con sus ejércitos represivos y armados a someter por esa vía a los trabajadores y al pueblo, que el pueblo también va a levantarse.”
“El obrero fabrica la curita para ponerse en una lastimadura, pero también fabrica los autos, fábrica todo. Por lo tanto, transformar la fábrica, en una fábrica de armas, no le va a costar mucho. Pero lo único que hay que hacer es que tenga una vanguardia lúcida, firme, poderosa, que le pueda transmitir un camino.”

Unir desde la clase
“Socialistas, peronistas, radicales, comunistas, demócratas, independientes, en la clase obrera hay de todos esos. Y el Cordobazo nos unió a todos, y el gérmen de los explotados dijo: ‘todos juntos’.”
Recordó los momentos cuando se conoció el asesinato del obrero Máximo Mena durante el estallido: “No nos paraba nadie. Nos llenó el odio. No quedaba nada en pie. Ahí pasamos a dominar todo (…) con el odio de clase que unió a obreros, estudiantes, a los profesionales, a comerciantes, y golpeamos juntos en el Cordobazo”.
“¿Saben por qué digo ‘comerciantes’? Porque lo que no les servía lo tiraban a la calle para las barricadas. (…) La barricada se hizo con colaboración y nosotros logramos unir a esos sectores. Fue un término de unidad muy grande y con la clase obrera como dirigente principal. La clase obrera pudo transmitir una necesidad colectiva, primero porque había una dictadura, que representaba al imperialismo más poderoso de esa época. Eso unió.”

Una salida revolucionaria
Luego abordó la necesidad de avanzar en una salida revolucionaria y liberadora: “Si bien estamos en otro contexto político, las cosas para la clase obrera y el pueblo no han cambiado de fondo, y sigue manifestándose la necesidad de un Cordobazo a nivel superior. Lo del 19 y 20 de Diciembre, creo que fue un ensayo de un Argentinazo que hay que volverlo a repetir, pero no dejárselo de nuevo a Duhalde, ni a los Kirchner.”
“Cada día es más chico el puñado de terratenientes que tienen la tierra en sus manos, los bancos el capital y los explotadores los medios de producción. ¿Puede avanzar un pueblo así? ¿Puede llegar a su destino de pueblo libre y democrático? No, no va a llegar, porque esas son las reglas del juego de esta sociedad de clase.”
“Yo no digo, no trabajar en nada para el 2015. Pero no trabajemos pensando que en 2015 termina todo.”
Se refirió entonces René Salamanca, secretario general del SMATA cordobés entre 1972 y 1976, y a todos los compañeros asesinados y desaparecidos por la dictadura: “Hoy no lo tenemos a Salamanca. Los represores están vivos, ellos vinieron a matar esos gérmenes del Cordobazo. Gérmen que yo vi hoy en la zona norte. Eso hay que ayudarlo hay que alimentarlo, ser solidario. Porque eso los va alimentar a ellos y nos va a fortalecer a nosotros, para volver a tener la clase obrera capaz de ponerse al frente de los demás sectores y marcar el camino. (…) Es un camino en que las masas revolucionadas en las calles, insurreccionadas junto a la clase obrera, le dan otro carácter a la salida, el verdadero carácter obrero y popular, que busca una salida que nos ponga en otra sociedad, que termine con la explotación del hombre por el hombre.”



Polémicas

Luego, en el marco de las preguntas confesó: “Yo soy lo que me enseñaron a ser Gody Álvarez y René Salamanca. Me enseñaron tantas cosas. Eran comunistas revolucionarios. Yo soy comunista revolucionario. A mi me ayudó a transitar el camino del Cordobazo. Yo no digo que todos tienen que ser para transitar ese camino, pero sí que hay que agrandar esas fuerzas para que sean capaces de ayudar con más fuerza a los que lo necesitan. Y lo que necesita la gran mayoría del pueblo argentino es una profunda revolución para liberación y esa revolución la tenemos que hacer todos nosotros.”
Recordó finalmente que en aquella época “la gran polémica era sobre ‘qué era más necesario’, si eran 100 guerrilleros armados o una movilización como el Cordobazo.” Entonces remarcó la necesidad de una vanguardia revolucionaria sintetizando: “Ganamos por unas horas, pero no logramos constituir un gobierno. Sin una cabeza, por una revolución liberadora, es muy difícil de armar.”