martes, 29 de julio de 2014

Editorial | ¿Cambiar o romper la dependencia?

[Vamos! Nº33] La puja de los fondos buitres y los yanquis con el gobierno argentino abrió debates y grandes incertidumbres en cuanto al futuro económico del país, afectando a la situación política local. Se da en el marco de una nueva situación internacional y mientras la crisis golpea al pueblo, que enfrenta con ejemplos como los de Lear y Emfer.


La disputa con EE.UU.
Para postergar el pago a los holdouts, el gobierno se escuda en la cláusula RUFO (derecho para futuras ofertas, según sus siglas en inglés) que se incluyó en los canjes de deuda de 2005 y 2010. Según esta cláusula se crea una igualdad de condiciones para los acreedores, hayan entrado o no a los canjes. Pero pasa por alto que aceptó la legislación de Nueva York, precisamente de donde se agarran los fondos buitre para presionar. O sea, el gobierno es preso de su política “pagadora serial” de matriz dependiente.

El muy posible default en el que caerá Argentina desvela al conjunto de las clases dominantes argentinas. Para los que rigen los destinos y hacen que un país sea dependiente, es un problema no menor. Porque para los monopolios imperialistas la “seguridad jurídica” queda cuestionada. Entonces tanto para este gobierno como para el que vendrá -en una nueva remontada de la crisis económica como la actual- les afecta los diversos pedidos de préstamos del exterior.

Adelantándose al escenario de default, se avanzó en el acuerdo con el imperialismo chino en cuanto al intercambio de reservas disponibles entre los bancos centrales de ambos países, que ya tiene la aprobación por unanimidad del Senado y fue calificado como una cuestión de Estado.

Ante el fracaso de las negociaciones, el kirchnerismo se prepara para apelar hasta enero (el 31 de diciembre vence la cláusula RUFO) y montar una campaña épica “patria o fondos buitres” contra el apriete de los Estados Unidos.

Pero nadie podrá entender la oportunidad de los fondos buitre y la Corte de Estados Unidos en arremeter contra la Argentina si no se observa el contexto internacional y los profundos cambios que tienen a los Brics y los gobiernos del Unasur como protagonistas. El mundo está cambiando y lo que pasa con los fondos buitre es parte de eso en el llamado “patio trasero” del imperialismo yanqui.

Acuerdos con China y Rusia
La disputa interimperialista se ha agudizado y el reagrupamiento antiyanqui fogoneado por los estados imperialistas se ha fortalecido como consecuencia de la crisis del sistema capitalista imperialista.

La china imperialista este año se transformará en la primera economía mundial, clavando sus garras afiladas en las riquezas de los países latinoamericanos, gracias a los gobiernos como el kirchnerista que les abre las puertas. China se perfila como la locomotora de los Brics, en acuerdo con el imperialismo ruso en franca recuperación, llevando de arrastre a los demás países dependientes miembros.

La disputa de los mercados ha crecido, como se pudo observar con las visitas y los anuncios con los presidentes de China y Rusia en nuestro país. Acuerdos económicos a la medida de las potencias imperialistas, aunque algunos “miopes” piensen que son “países emergentes”.

Reagrupamientos como los Brics, en acuerdo con gobiernos neo-desarrollistas de la región, buscan plantarse como una opción para los pueblos frente a los yanquis y sus aliados. Mientras recitan la multipolaridad como concepto político internacional, van fortaleciendo un polo hacia la bipolaridad imperialista. 



Saludando una nueva dependencia.


Como la nube a la tormenta
Empiezan a correr otros tiempos en el mundo. El imperialismo lleva la guerra como la nube a la tormenta y esto es lo que va creciendo en el mundo. No es nuevo. En definitiva es por esa vía como los países imperialistas dirimen en última instancia sus diferencias y nuevos repartos de sus áreas de influencia.

Hay guerras regionales que se han agudizado. El propio departamento de Estado yanqui acaba de acusar directamente a Rusia del derribo del avión de Malaysa Airlines. El imperialismo ruso muestra síntomas de recuperación y sale a mostrarlo al mundo. Israel sigue descargando toneladas de bombas sobre el pueblo palestino, en un área estratégica controlada por los EE.UU.. Se agudiza la guerra civil en Siria. Y las amenazas de Corea del Norte no son un juego, y cuenta con el apoyo del imperialismo chino.

Aunque China repetidas veces ha sostenido que está planeando un “ascenso pacífico”, el ritmo y la escala de su modernización militar dice lo contrario y ha alarmado a muchos de sus vecinos en la región Asia-Pacífico. Ya cuenta con su propio portaviones y un “carrier-killing” (portador de la matanza): un misil balístico que podría hundir a los transportistas de EE.UU. a larga distancia. Japón describió el fortalecimiento militar de China, como una “preocupación mundial”.

Crisis y dependencia
Estos cambios y nuevos reagrupamientos, en definitiva, es lo que divide al conjunto de las clases dominantes en nuestro país. Los imperialismos que en el terreno internacional se “unen” contra los Estados Unidos, en lo regional y local -como no puede ser de otra manera- disputan. Las divisiones y los armados políticos hacia el 2015 se han acelerado y muestra la intensidad de la disputa en el ámbito local y el alineamiento de la Argentina en el plano internacional. El ofrecimiento para que Argentina ingrese a los Brics está formalmente hecho. De concretarse será un nuevo salto estratégico. Esto está en lucha.

La nueva escalada de la crisis golpea duramente a las masas populares. Miles de suspensiones se mantienen en la industria automotriz y electrónica. Junto con esto avanzan los despidos y se ha acrecentado el hambre en las barriadas y villas. Eso denuncian los sindicatos docentes opositores en el conurbano y provincias del interior, preocupados por el crecimiento de chicos en los comedores escolares y barriales.

La lucha ejemplar de los obreros de Lear y Emfer -por la reincorporación de los despedidos, reconocimiento de sus delegados y en defensa de la fuente de trabajo- marca el camino que deberá seguir la clase obrera para enfrentar el próximo semestre, donde las clases dominantes se preparan para profundizar el ajuste a como dé lugar antes de las elecciones. Porque los monopolios necesitan achicar el personal por la crisis y el gobierno vira a medidas fuera del libreto nac&pop, recortando partidas y presupuesto en un marco recesivo y de default.

La actitud fascista de la dirección del SMATA (ver página 5) para descabezar a los delegados combativos muestra la profundidad de las medidas que se tomarán contra los trabajadores.

Son estos procesos como el de Lear o Emfer los que exigen un inmediato paro activo de 36hs y plan de lucha, y un nuevo encuentro del sindicalismo combativo para hacer un nuevo balance de la situación por la que atraviesan los trabajadores y sacar medidas de lucha y de recuperación sindical.

De esta manera se podrá fortalecer la unidad necesaria para enfrentar el ajuste y para que las posiciones antiimperialistas y antiterratenientes, al calor de la lucha, se vayan graficando en el reagrupamiento popular dirigido por los trabajadores hacia la liberación nacional y social, cerrándoles el paso a los cantos de sirena que buscan encolumnar un frente anti-yanqui fogoneado por potencias imperialistas como China o Rusia por más que se declamen “emergentes” o algunos muestren banderas rojas y hablen de los valores “nacionales y populares”.

No se trata de cambiar de collar, sino de dejar de ser perro. Y romper con la dependencia.