sábado, 25 de octubre de 2014

La lucha de los ceramistas de la zona norte de Gran Buenos Aires durante la dictadura

[Exclusivo Web]  Desde 1973, los obreros y obreras de las fábricas cerámicas Lozadur y Cattáneo protagonizaron combativos procesos de lucha y de recuperación sindical. Lozadur -con más de 1000 obreros- y Cerámicas Cattáneo -con más de 500¬¬- eran las dos fábricas de cerámicas más grandes de la zona norte del Gran Buenos Aires.



Había reclamos por mejoras de salarios y atrasos en las quincenas. Por problemas por las altas temperaturas de los hornos, afecciones respiratorias por falta de extractores para absorber polvillo, y deterioros físicos por el acarreo de las zorras.
En 1973 triunfó una lista de orientación clasista, la Lista Marrón, en el Sindicato de Ceramistas. Dos años después volvió a ganar las elecciones. Después del golpe, la dictadura intervino la filial del sindicato, que quedó bajo el mando del comandante de Gendarmería Máximo Millarck.
Pero en 1976 y 1977, aún en plena la dictadura, los trabajadores continuaron luchando. En septiembre de 1977, el interventor Millarck citó a los delegados, amenazándolos con que si no se suspendían las medidas de fuerza iban a venir los “bichos verdes”. La huelga no fue suspendida. El 18 octubre de 1977 Lozadur decreta el cierre bajo el argumento de quiebra. Dos semanas después, la dictadura secuestró a los trabajadores. La empresa reabrió la fábrica unos meses más tarde.
En las actas de las reuniones de Directorio de Lozadur se puede leer de la reunión del 10 de septiembre de 1975: “A continuación toma la palabra el señor presidente y plantea al directorio el problema del ausentismo obrero que supera el 20 por ciento, o así también los continuos conflictos obreros originados artificialmente por el personal perteneciente a la Focra, por lo que será de imperiosa necesidad adoptar medidas, sea cual fuere para evitarlo”.
Y el 14 de octubre de 1977, cuatro días antes del cierre de la planta: “El presidente manifiesta que como es de conocimiento de los señores directores, a comienzos del corriente mes se inició en la fábrica un movimiento gremial de acción directa consistente en la disminución intencionada de la producción (…) se han negado a acatar las instrucciones e intimidaciones de las autoridades competentes y del interventor militar en el organismo sindical para normalizar el trabajo (…). El problema del conjunto planteado exige soluciones drásticas y definitivas (…). Por consiguiente se resuelve, por unanimidad, proceder previa intimidación legal al despido con causa justificada de todo el personal en conflicto, en caso de no normalizarse el trabajo a la cero hora del día 15 de octubre”.
Luego del cierre de la fábrica y el despido de cientos de obreros, los trabajadores continuaron su lucha. Entonces la dictadura secuestró a cuatro obreros de Cattaneo el 27 de octubre. Y el 3 de noviembre fue secuestrada de su casa Sofía Cardozo (obrera ceramista y militante del PCR). Felicidad Abadía, Dominga Abadía, Elba Puente, Ismael Notaliverto, Francisco Palavecino y Pablo Villanueva fueron los otros seis trabajadores de Lozadur secuestrados.
Recientemente, el 7 de octubre, el Tribunal Oral Federal Nº 1 de San Martín dictó sentencia por los secuestros y desapariciones de obreros ceramistas y también de los astilleros Astarsa y Mestrina. Fueron condenados seis de los nueve acusados (ver nota). ¡Castigo a todos los genocidas!