miércoles, 3 de diciembre de 2014

Editorial | “Impuesto al salario para todos y todas”

[Vamos! Nº42] El Gobierno insiste en que paguen los trabajadores y el pueblo. La respuesta popular se hace sentir. Mientras tanto, se agudiza la lucha por la hegemonía entre las clases dominantes en la carrera al 2015.


Cristina Kirchner reapareció en la Cámara Argentina de la Construcción luego de estar veinticinco días internada y reafirmó el impuesto al salario. Se preguntó: “¿Cómo hacemos para financiar obra pública si no cobramos impuestos?”. Pero no solo iguala las ganancias de los monopolios y cadenas comerciales con el salario de los trabajadores, sino que también afirmó que “los trabajadores argentinos siguen siendo los mejores remunerados de América latina, no sólo en términos nominales sino también en cuanto al poder adquisitivo”, ocultando el 40% de inflación… que no tienen otros países de América latina.


27/11 -  En el ferrocarril Sarmiento la seccional de la Unión Ferroviaria realizó una asamblea
en conjunto con La Fraternidad y Señaleros; desde los años ’90 que no se hacía.

La tregua se rompe desde abajo
Hay mucha bronca entre los trabajadores por la negativa del Gobierno a modificar el impuesto al salario, en un marco de inflación, suspensiones y despidos. Se agregó recientemente otro aumento en los pasajes de larga distancia en un 12%. Por todo esto fue muy fuerte el paro en el transporte la semana que pasó, mostrando el poder que tienen esos sectores a la hora de paralizar la administración pública, el comercio y parte de la industria.

Sin dudas los gremios del transporte fueron apretados por la bronca de los trabajadores y esto no va a ceder. La tregua pactada se empezó a resquebrajar por abajo. Camioneros ya aprobó un paro de 24 y 48 horas para diciembre. La conducción kirchnerista del sindicato del subterráneo llamó a no parar, pero no pudo evitarlo en la línea B y C. En el ferrocarril Sarmiento la seccional de la Unión Ferroviaria realizó una asamblea en conjunto con La Fraternidad y Señaleros; desde los años ’90 que no se hacía.

Los metalúrgicos de Aluar, vuelven de la conciliación obligatoria sin respuestas. Se aprestan a resolver la continuidad del plan de lucha con paros por una suma compensatoria que alivie el impacto de ganancias sobre los sueldos hasta tanto no se elimine el impuesto confiscatorio al salario. Cuando pararon en octubre, volcaron a la lucha a más de 50 gremios de Chubut, Río Negro y Santa Cruz, que finalmente fue suspendido luego de que Nación se comprometiera a recibirlos. La UOM es un tembladeral, ya que las cámaras empresariales hasta hoy han dado una respuesta negativa al pedido de un bono de fin de año de 3000 pesos.

Fue muy importante la jornada nacional de lucha de la CTA Autónoma el 20 de noviembre, con paro de ATE, cortes y movilizaciones en el interior y Plaza de Mayo. Desde el Encuentro Sindical Combativo tuvimos una posición para confluir en esta jornada. Esta jornada de lucha fue importante ya que se realizó en medio de una tregua de hecho por parte de las centrales sindicales. La lucha va creciendo en el movimiento obrero con luchas que apuntan a desbordar a las direcciones traidoras y conciliadoras.

El 25 de noviembre en el Día Mundial contra la Violencia hacia las Mujeres fueron masivas las movilizaciones en las principales ciudades del país. Esto es un torrente que crece y parte fundamental en la lucha contra este Gobierno en el camino de la liberación.

Se multiplica la resistencia en defensa de la tierra por parte de los campesinos pobres en Santiago del Estero, donde terratenientes con el aval de la Justicia pretenden expulsar a las comunidades de campesinos pobres que viven en los parajes norte santiagueño. También situaciones similares hay en Formosa, donde las comunidades están cercadas por la Gendarmería y hay que pedirle autorización para entrar o salir. O en Santa Cruz, donde los mapuches luchan para que los monopolios petroleros aliados al gobierno no avasallen sus territorios.

Los movimientos sociales se vienen movilizando en todo el país para exigir canastas navideñas, aumento para las cooperativas de trabajo, más trabajo y bono de fin de año.

Una lucha por la hegemonía
Desde el monopolio Clarín, a partir de la denuncia presentada por la diputada Margarita Stolbitzer y llevada adelante por el juez Bonadio, han desatado la guerra poniendo como centro el lavado de dinero a través de la obra pública, implicando directamente a Néstor y Cristina Kirchner y testaferros como Lázaro Baéz. Lo que sale a flote en los medios es un escándalo casi indiscutible como alquilar los hoteles de los Kirchner y no ocuparlos, constituyendo una típica maniobra de lavado de dinero.

Es también por esto que el oficialismo ha recurrido a su mayoría automática en el Congreso para el tratamiento del Código Procesal Penal, que –entre otros puntos– otorga más poderes especiales a la procuradora general, Gils Carbó, para la designación de 17 nuevos fiscales y que incluye algunas cláusulas que permitirían a futuro la impunidad de funcionarios acusados por corrupción.

El kirchnerismo además respondió con los legajos del juez Bonadío –juez de la servilleta menemista, con varias denuncias por mal desempeño en el Concejo de la Magistratura– y ahora con una lista de 4.000 cajas de ahorros en Suiza no declaradas a través del banco chino HSBC (entre quienes figuran directivos del Grupo Clarín, Cablevisión y Multicanal), constituyendo una evasión de cerca de 3 mil millones de dólares.

¿Llegará la sangre al río de una crisis política? ¿O tendrá que ver con jugadas pesadas para desgastar al Gobierno que según encuestas –hasta la de Clarín– le dan más de 30% de imagen positiva a CFK? ¿O se está respondiendo al acuerdo del Estado en materia de telecomunicaciones bajo la nueva ley?

Quizás la respuesta no esté en una sola de estas preguntas, sino en entender un país dependiente con un modelo neodesarrollista que ha agudizado las contradicciones y la disputa por el control de áreas vitales del país, en el marco de la sucesión presidencial. La lucha por la hegemonía del Estado por parte de las clases dominantes es lo que en definitiva está en juego y se agudizará aún más.

En esta disputa, la ventaja todavía la tiene el kirchnerismo porque ha logrado amarrar con el imperialismo chino, ruso y un sector de los yanquis, como se evidencia con Chevrón en Vaca Muerta. Y porque sus rivales son Clarín, Bonadio, la Mesa de Enlace, la UIA y también un sector de buitres como el NML. Sectores que controlan y vienen controlando resortes del Estado oligárquico-imperialista, y que son odiados por el pueblo. Éstos tienen una expresión política en los candidatos que pretenden suceder al kirchnerismo: dirigentes y corrientes que también son conocidos por el pueblo que los padeció cuando fueron gobierno. Quizás ésta sea una de las mayores fortalezas del kirchnerismo que no se puede subestimar.

Por esto es equivocado plantearse “una unidad anti K” sin un contenido antiimperialista y anti-terrateniente, aliándose con los enemigos del pueblo opositores al gobierno. Pero también es equivocado pretender buscar los enemigos sólo en estos sectores o en el llamado “poder económico” o “la derecha”, poniendo al kirchnerismo como un mal menor. Es necesario abrir el camino a una verdadera unidad antiimperialista y anti-terrateniente que enfrente al kirchnerismo con la lucha y le cierre el paso a cualquier otra variante de las clases dominantes.

El trabajo para forjar la herramienta de frente único desde la clase obrera y dirigida por ésta es la tarea principal. Este fue un debate que se abrió con el Encuentro Sindical Combativo, en cuanto a si va ser capaz de recoger lo positivo de experiencias históricas como las de Sitrac-Sitram o el programa de la CGT de los Argentinos (1/5/1968), en la perspectiva de forjar un reagrupamiento surgido desde los trabajadores con un programa popular para la liberación nacional y social.

Frente a las elecciones del 2015, sostenemos un reagrupamiento que pueda contribuir al frente popular para la liberación nacional y social dirigido por los trabajadores. “Lavar” el programa por detrás de este objetivo para la contienda electoral es la forma práctica de caer en el parlamentarismo y tener el camino electoral como “estrategia de poder”.

Para este camino los clasistas revolucionarios debemos generar los frentes de recuperación para conquistar las comisiones internas, cuerpos de delegados y sindicatos. Pero también los movimientos y herramientas antiimperialistas de los sectores y clases aliadas de los trabajadores. Al calor de esto el crecimiento del Comunismo Revolucionario (CR) está a la orden del día como condición para el triunfo de la revolución de liberación nacional en marcha al socialismo.