martes, 16 de diciembre de 2014

Fermín Estrella: Un compañero y maestro

[Vamos! Nº 43]  Falleció un gran arquitecto social.










Apunto de cumplir 77 años, Fermín falleció el 2 de diciembre. Desde el CR queremos acercar nuestro homenaje a un incansable promotor-constructor-luchador por el derecho a la tierra, la vivienda y el urbanismo social.
De familia socialista, en la década del ‘60 fue parte de la generación que abrazó la causa revolucionaria, buscando un camino liberador. Integró la JUP. Trabajó en el Instituto de Vivienda de la Capital Federal, entrando en contradicción con las directivas sobre el tratamiento que se hacia sobre las villas y su erradicacion a los conjuntos habitacionales. En el ‘76 se exilia en México, donde desarrola un papel de gran solidaridad con los exiliados latinoamericanos y de denuncia por los desaparecidos de nuestro país.
En su incansable actividad se destaca su impronta innovadora al servicio del pueblo. Realizó y construyó planes y proyectos especiales de vivienda social participativa, educación y equipamiento social, urbano y rural. Fundador de diversos equipos de trabajo en Argentina, México, Ecuador y Bolivia. Director de Posgrado en FADU/UBA, graduado en UBA e investigador de CONICET entre 1986 y 1996.
Desarrolló más de 14 proyectos especiales en vivienda, conjuntos urbanos, educación, centros y edificios para equipamiento urbano y rural. Con más de 10.000 viviendas en 35 conjuntos urbanos, respondiendo a una estrategia de diseño participativo, racionalidad constructiva, y costo al servicio de las necesidades populares. Organizó el primer Conjunto de Vivienda Solar Multifamiliar en América Latina que apuntó a la utilización de la energía solar y el ahorro del agua el reciclaje de aguas grises y el uso tecnologías nacionales de industrialización.
Planeó y construyó 14 centros educativos primarios y secundarios en Buenos Aires, Córdoba y Bolivia. Realizó el Plan de 250 Escuelas Rurales durante el gobierno de Illia y construyó 150 edificios de equipamiento rural en el territorio de la provincia de Río Negro.
Desarrolló varios Sistemas de Prefabricación Liviana Abierta, y ha sido el primer promotor de su desarrollo en el país con más de 40.000m2 construidos mediante la participación comunitaria, en toda la Argentina y en México.
Siempre rodeado de jóvenes, era uno más, humilde e interesado fundamentalmente por la opinión de los que iban a habitar esas casas y vivir en ese barrio. Muy lejos de ser “El Arquitecto” que les decía cómo tenían que vivir. Su seminario de vivienda y urbanismo social se dictó en las facultades de arquitectura de Buenos Aires y La Plata, organizado por las agrupaciones que dirigen los centros estudiantes. Sus orientaciones fueron sostén del taller de trabajo, diseño y construcción que cientos de estudiantes de arquitectura llevan adelante con las familias afectadas por las inundaciones.
Uno de sus últimos proyectos fue el de la urbanización y nuevo barrio Papa Francisco, en Lugano. Allí trabajó con los vecinos delegados del barrio en un intercambio recíproco, junto a la arquitecta Beatriz Pedro y al arquitecto Mauricio Contreras del Taller Libre de Proyecto Social de la FADU-UBA y estudiantes del Centro de Estudiantes de Arquitectura y Diseño. Ese valioso aporte fue utilizado como base para la presentación del proyecto de ley (exp. 1861-d-2014) de urbanización de este barrio, predio que luego fuera desalojado y que muchas de familias que allí vivían no han visto resuelta su situación habitacional.
El arquitecto Fermín Estrella fue un incansable luchador por el acceso a la vivienda de los sectores populares, participando de diversas experiencias tanto a nivel local como internacional. Con mucho dolor, pero también alegría de haber construido tantas cosas juntos, despedimos a un hombre que en todo momento nos llenó de esperanzas en que “se puede” cambiar el mundo. Firme en sus ideales, ansioso por compartir todas sus experiencias y seguir aprendiendo del pueblo y sus procesos, un hombre que nos seguirá alumbrando el camino en la gran lucha que es la vida. Fermín, ¡Hasta la victoria siempre!