martes, 2 de junio de 2015

Caravana en Argentina por los 43 estudiantes de Ayotzinapa: “Llegó el momento de acabar con el sistema que nos está pisoteando y explotando”

[Exclusivo internet] Entrevista a un padre y un compañero de los 43 estudiantes mexicanos desaparecidos.

Ocho largos meses se cumplieron, el 26 de mayo, desde el infame secuestro de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa (Guerrero) por fuerzas policiales y parapoliciales del estado mexicano, tras la brutal represión a balazos por “molestar” un acto de campaña electoral del intendente de Iguala. Ocho meses de incansable lucha de familiares y compañeros por su aparición con vida y de grandes movilizaciones populares denunciando la responsabilidad del “narco-estado” mexicano en la bestial desaparición y probable asesinato de los estudiantes.

Parte de esa lucha es la caravana que varios padres y compañeros de estudio de “los 43” llevaron a cabo en la semana de nuestro 25 de Mayo por varios países latinoamericanos. Durante su estadía en Buenos Aires, coincidente con nuestra celebración, Vamos! y otros medios colegas dialogamos con Mario César González (MCG), padre del estudiante secuestrado César Manuel González Hernández, y con Francisco Sánchez Nava (FSN), estudiante en la misma normal y compañero de “los 43”, uno de los que lograron escapar aquella noche del 26 de setiembre.

Mario César González: “El Estado no se puede desprender porque fueron policías los que se llevaron a los chavos”
¿Qué piensan ustedes hoy de la democracia mexicana y del estado mexicano?
MCG.- En México no hay democracia. Hay sangre. Nuestra bandera está llena de sangre: tanto muerto, tanto desaparecido, tanta impunidad que está dejando este mal gobierno. Desgraciadamente en la televisión sacan sólo lo bonito, lo burgués que hay allá, o en la Argentina, o en Brasil. Nunca sacan lo que verdaderamente está sucediendo en el país. Allá en el estado de Guerrero ‒y no sólo en Guerrero sino en varios estados, los estados más ricos‒, no se sabe si uno está parado sobre una fosa común. Es impresionante: un paso y aparece una fosa, y otra y otra… Esa es la realidad de nuestro México.

Para ustedes ¿cuáles son los vínculos del gobierno que explican lo que está pasando en México?
MCG.- Nosotros siempre lo hemos dicho: es un narco-gobierno. Y ahora le quieren restar importancia al caso Ayotzinapa, tanto que lo quieren calificar de “secuestro”. Pero no: es desaparición forzada, porque es el Estado quien se los llevó. Hace poco dio su declaración uno de los policías responsables de la desaparición. Y se le vuelve a caer la versión a la Procuraduría, porque siempre dijeron que los 43 estaban juntos, pero este tipo dijo que nada más había 17, son los únicos que él vio. Justamente, si no se avanza en el caso es porque la Procuraduría no ha dejado: en 8 meses, de 100 tomos nada más conocemos 26, no han querido entregar los otros 74. Y los han repartido en 3 estados, para que tengamos más dificultad para verlos. Deben tener un motivo grandísimo: que no se sepa la verdad sobre la desaparición de “los 43”.
Lo de Ayotzinapa sucede casi cotidianamente en México…
MCG.- Nosotros siempre nos hemos pronunciado por “los 43”, porque ellos son nuestros hijos. Pero también queremos justicia para los treinta y tantos mil desaparecidos, los 200.000 muertos. Las masacres que siguen ocurriendo. En Guerrero tenemos 5 o 6 muertos por semana. No se trata de lo que pasó con “los 43” y ya, sino que eso sigue sucediendo en México.

¿Esta represión brutal por parte del Estado está dirigida contra determinadas personas?
MCG.- Aquí es parejo: tú eres estudiante, te matan; eres un luchador social, te matan; eres una persona común, te pueden levantar y te pueden entregar en una bolsa negra, que es lo que suele hacer el gobierno mexicano.

Claro: quienes mandan allá son los narcos…
MCG.- No, quien manda es el gobierno. Pero el gobierno y los narcos son lo mismo. El intendente de Iguala, Abarca, estaba vinculado con el cártel, o es el que mandaba el cártel de “Guerreros Unidos”, que supuestamente se llevó a nuestros hijos. Esos tipos, Abarca y su esposa, tienen su foto con el PRI, con el PRD (los principales partidos mexicanos); con Morena, con López Obrador… Es decir, no hay cambio: ¡son chapulines que van brincando de partido a partido!

El gobierno trató de “desprenderse” del hecho, de decir que el responsable era sólo el narcotráfico…
MCG.- Eso es imposible. No se puede desprender porque fueron policías los que se llevaron a los chavos… Siempre lo hemos dicho. Y ni siquiera estamos seguros de que haya participado el narcotráfico, porque hasta la fecha no hemos visto la cara de los que detuvieron a los estudiantes, ni tenemos la certeza de que sean ellos los que se los llevaron.

El 7 de junio hay elecciones en varios estados de México. ¿Qué posición tienen ustedes?
MCG.- Nosotros nos estamos pronunciando por que no haya elecciones hasta que aparezcan nuestros 43 hijos: en ese plan están los padres, y en ese plan está la ciudadanía.

¿Qué edad tiene su hijo, y en qué año está? ¿Es importante la normal de Ayotzinapa?
MCG.- Tiene 21, y era del primer año: apenas tenía un mes y medio en la escuela. Y la normal no es tanto que sea importante, sino que tienen conciencia. Hay 17 normales, y todas van por el mismo camino; y los de Ayotzinapa son los primeros que ayudan al pueblo cuando se necesita.

Todo esto lo aprendí desgraciadamente en el caminar, en la búsqueda de mi hijo. Siempre lo he dicho: yo aprendí más en estos 8 meses que en el tiempo que llevo de vida. A mí, como dicen los chavos, me hicieron aprender muy radicalmente. Hemos tenido que aprender, porque es muy difícil hablar frente a la prensa. Y antes a nosotros no nos gustaba ser notados, ni hablar frente a un micrófono. Las circunstamcias nos obligaron a informar y a hablar, y es lo que estamos haciendo…

Sobre la caravana que ustedes están realizando. ¿Qué respuesta tuvieron de los gobiernos latinoamericanos, que en algunos casos se denominan progresistas?
MCG.- Nosotros no vinimos a entrevistar a ningún gobernante, porque no son nuestros gobernantes. Nosotros vinimos a informar y a obtener solidaridad con la gente que tiene los mismos problemas, y a aprender. La gente sencilla es la que nos interesa. A nosotros no nos interesan si nos reciben en la Presidencia ‒como le llaman acá‒, donde nos dijeron que dejáramos de marchar y ahí sí nos recibían… No señor: nosotros no vamos a dar la espalda a las organizaciones que nos han apoyado. Y si quieren hacer algún pronunciamiento, que lo hagan frente a la prensa y frente a las organizaciones. Aquí, uno de los organizadores nos avisó que si dejábamos de marchar nos recibía el canciller argentino. Pero ellos no están para exigir, ni nosotros estamos para obedecer…

Los compas fueron quienes nos invitaron, nos consiguieron los pasajes. Y gracias a ellos hemos tenido una solidaridad grandísima del pueblo argentino, niños jóvenes, adultos… En Rosario nos han recibido niños de 5-6 años con carteles que decían: “Después de la lluvia sale el arcoiris”. Y ha sido un gran honor conocer a las Madres de Plaza de Mayo, con tanta fuerza despues de tanto dolor. El pueblo argentino tiene una historia similar a la que nos está sucediendo en México, y aún así las Madres tienen un rincón en su corazón para recibirnos a los mexicanos con el dolor que traemos.

¿En la Argentina encontraron que hay desinformación?
MCG.- Sí, se sabe lo que pasa la televisión mexicana: Televisa, Teletec. Pero eso no es ni el 5 por ciento de la verdad. Es la televisión que está con (el presidente) Peña Nieto, la que siempre nos ha atacado. Son los que pagan millones de dólares cada vez que hay elecciones.

Francisco Sánchez Nava: “Exigimos que nos presenten a nuestros compañeros con vida”
¿Cómo es el colegio de ustedes?
FSN.- Nuestra normal es un internado, es una normal rural donde se alojan hijos de campesinos que estudian para maestros. Más que nada, entra gente que no tiene recursos suficientes para ir a universidad paga, o a una escuela privada.

Nuestra normal siempre ha levantado la voz para denunciar las injusticias que pasan en Guerrero. Es una piedra en el zapato para el gobierno. Aparte de defender nuestros derechos como estudiantes, aparte de exigir que se nos cumpla lo que se tiene que hacer llegar a nuestra escuela, también exigimos que se haga justicia por las violaciones de los derechos humanos de todas las personas de Guerrero. Nosotros nunca nos quedamos callados.

A partir de los hechos del 26 de setiembre, nosotros tomamos una postura en común con los maestros: dijimos que no íbamos a entrar a clase sin antes saber de nuestros compañeros. No íbamos a permitir seguir estando en las aulas recibiendo clase habiendo 43 butacas vacías… Y ellos tienen que respetar ese acuerdo que tomamos desde un principio.

Nuestra normal tiene 520 estudiantes, que viven en el lugar. Tenemos una organización interna, que los profes y maestros conocen, saben de las actividades que hacemos, por ejemplo, para obtener nuestra propia alimentación. El estado sabe cómo trabajábamos, y respetaba nuestra organización. Pero el 26 de setiembre rebasó el límite. Y eso nos llenó de rabia, y nos decidió a venir y a señalar al Estado, donde sea.

¿Tienen solidaridad del pueblo mexicano?
FSN.-Sí, el pueblo mexicano se cansó de tanta muerte y de tanta injusticia. Desgraciadamente tuvo que ocurrir lo del 26 de setiembre para que se dijera basta y se uniera a nuestra lucha. Hubo muchísimas movilizaciones, marchas en las que participaban multitudes, que hicieron temblar al presidente Peña Nieto, de tanta gente cansada de los crímenes de Estado, de desapariciones forzosas de campesinos, estudiantes...

¿Ustedes exigen que el presidente renuncie?
FSN.- Es que renuncie o no… Si renuncia, entra otro y es la misma cosa. Es el sistema el que nos está chingando. Es el sistema, no es el presidente. Nosotros exigimos que nos presenten a nuestros compañeros con vida. Esa es nuestra exigencia principal.

Agradezco a los hermanos y hermanas de Argentina, que nos han estado apoyando con muchísima gente en Córdoba, Rosario, y esperamso que también aquí en Buenos Aires. Recordemos que aquí también hubo desaparecidos, que en los años ’70 sufrieron el mismo dolor que estamos sufriendo ahora nosotros. Llegó el momento de acabar con el sistema que nos está pisoteando y explotando.