martes, 4 de agosto de 2015

Votá al FIT para seguir luchando

[Vamos! Nº57] La economía lleva ya veintitrés meses sin crecimiento. La clase obrera enfrenta el ajuste en transporte, metalúrgicos y alimentación. El Gobierno estira la crisis con nuevos endeudamientos. ¿Y después de las elecciones?


La economía: “atada con alambre”
La economía ya lleva veintitrés meses estancada, sin crecimiento. Esto, que para los economistas de la burguesía es “recesión”, para los marxistas es una crisis económica como la que golpea de diferentes formas y grados a Brasil, Venezuela, Grecia o China (este último con el agravante de que puede llevarse puesta a varias economías en el mundo). Es una crisis de sobreproducción, no bursátil (como afirman algunos economistas).

Argentina es proveedor de materias primas para los países imperialistas y “receptor” de las importaciones que ellos necesitan colocarnos. Un intercambio desigual, de sometimiento. Somos un país dependiente y no estamos exentos de los vaivenes de la crisis del sistema.

En este marco, con nuestra economía en problemas, la devaluación de la moneda brasileña (13% recientemente y 23% en lo que va del año) con un plan de reducción de la jornada laboral y salarial, envuelto en una crisis política infectada de corrupción, nos golpea de lleno y agudiza el déficit en la balanza comercial de nuestro país con Brasil, que ya es de más de 1.000 millones de dólares en lo que va del año. La industria automotriz se ve particularmente afectada, ya que el 70% de los vehículos van a parar al mercado brasileño.

El modelo kirchnerista profundiza la dependencia y cada vez mas “entra a los boxes” en busca de combustible, se endeuda en el exterior y localmente con la caja de la ANSES –dinero de los trabajadores– para seguir estimulando el consumo popular, pero sin desarrollo industrial independiente, fomentando la sojización en manos de pooles de siembra y capitalistas agrarios, con la consiguiente destrucción de las economías regionales y con un promedio salarial que va de los $6.000 a $8.500 pesos mientras la canasta de primera necesidad ronda los 15 mil pesos. Así se ha entrado en una larga agonía donde la perspectiva será más ajuste, despidos y represión.

El crecimiento del déficit fiscal hace que el gobierno recurra a mayor endeudamiento. Economía ya colocó bonos BONAC al 30% anual por más de 35 mil millones de pesos y está colocando más bonos, hasta dos veces por mes. Aun así, en lo que va del año el BCRA le dio al Tesoro “adelantos transitorios” adicionales por 20.900 millones de pesos, sumando un total de $272.350 millones. Y está afrontando los vencimientos en moneda extranjera con las alicaídas reservas del BCRA.

En julio de este año hay 15 mil puestos de trabajo menos respecto al mismo mes del año pasado, según los propios datos oficiales. Entre las ramas que evidenciaron las mayores reducciones se destacan la automotriz, remolques y semirremolques (-7,5%), la producción de madera y fabricación de productos de madera y la fabricación de productos elaborados de metal, excepto maquinaria y equipo (-6,6%).

Si se compara con el segundo trimestre de 2013, la caída es mayor, del 3,5% o unos 40 mil trabajadores menos. La retracción en el empleo manufacturero arrancó dos años atrás y acumula siete trimestres consecutivos o 21 meses de caídas interanuales de la ocupación laboral.

En estos días, el ministro Axel Kicillof afirmó que hubo “intentos por generar un clima de que la economía está muy mal” y eso “perjudica” al Gobierno. También aclaró que “un ajuste tiene efectos catastróficos porque reduce la actividad, la ocupación, lleva al cierre de industrias” y recordó que a esos economistas (los de la oposición) “cuando les tocó ajustar, cortaron jubilaciones”. Sin embargo, ¿la inflación no es ajuste también?

La lucha de los trabajadores de Cresta Roja (ver página 6), que logró frenar los despidos y cierre del establecimiento, es parte de la lucha contra el ajuste que niega Kicillof, que se emparcha por la tenaz lucha obrera pero que vuelve porque esta situación es intrínseca al modelo kirchnerista.

Lo mismo ocurre con la lucha de los metalúrgicos en Tierra del Fuego para que se renueven los contratos en la industria electrónica, una de las que ha crecido en estos años. Pero es también una de las que precariza la mano de obra, en clara connivencia con la UOM y el gobierno.

Las paritarias a la baja que se quiere imponer en monopolios imperialistas de la metalmecánica, como Aluar y Acindar, generó el rechazo de los obreros que decidieron pasar por encima de las conducciones gremiales de la UOM y realizar asambleas, paros y piquetes en los accesos a las plantas. Todo esto tampoco entraría en la “categoría” ajuste según el ministro de Economía.

Se tiran con todo
La denuncia de Jorge Lanata y Clarín que involucra a Aníbal Fernández con el tráfico de efedrina y el triple crimen de Gral. Rodríguez muestra con el calibre de la munición que se estan tirando los sectores dominantes. Denuncia precedida por la dudosa muerte del fiscal Nisman y el escándalo de la ex Side de Stiuso, la renuncia de Milani y la causa de “Hotesur” con la corrupción K y la metropolitana llevada por el juez Bonadio... Éstas son algunas muestras de cómo es la lucha por la hegemonía del Estado de las clases dominantes.





Fortalecé la lucha popular
La ejemplar lucha de los trabajadores de la Línea 60 marca el camino para la clase obrera, que enfrentan los despidos de los empresarios inescrupulosos como los de Dota SA, que ganan millones en connivencia con el Estado, mientras los traidores de la UTA vociferan contra los trabajadores ante el silencio cómplice de las CGT’s opositoras. Ni se les movió un pelo cuando fueron brutalmente reprimidos en la Panamericana, situación que ya ocurrió en Lear y otras luchas. Así buscan aislar y silenciar está lucha. Pero la solidaridad y la fuerza de la razón son más fuertes y ya se ha transformado en un mojón de gran importancia por los ajustes que vendrán.

El final está abierto. Al cierre de este periódico no hubo acuerdo en la última reunión con el Ministerio de Trabajo y los trabajadores se disponían a realizar asambleas y nuevas reuniones con organizaciones populares para apuntalar la solidaridad y el plan de lucha. Pese a ese pretendido silenciamiento, los candidatos de las diferentes variantes de las clases dominantes acuerdan con la postura del gobierno, la patronal y el sindicato en cuanto al conflicto.

El Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) y las organizaciones como el CR estuvimos desde el primer momento rodeando de solidaridad la lucha. Y no es una casualidad u oportunismo electoral, es la expresión fundamental de este Frente y las fuerzas populares que lo apoyamos. Por eso es aglutinador de los luchadores y vastos sectores populares que no quieren perder su voto entrando en algunas de las variantes ajustadoras u otras impotentes.

El voto al Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) es un voto que potencia la lucha popular y fortalece el reagrupamiento para enfrentar el ajuste y para los que luchamos por la liberación nacional y social en marcha al socialismo. El 9 de agosto, votá al FIT en la fórmula de Jorge Altamira y Juan Carlos Giordano.